Autor: Batou

Olvidado

 

            Sin creer en la ansiedad que de a poco me mataba, directo al corazón me disparaste. Siente correr mi sangre por tu maltrecho trozo de experiencia, has cortado enteramente el corazón de un inmortal, que al sentir tu cruel desdicha le implora de rodillas a tu lúgubre apatía, y una sonrisa te pide para su mal espíritu curar.

 

            Dulce doncella, que al compás de mi lamento entonas la canción desolada de un último suspiro a mi favor. Se feliz con mi sangre, era lo que tanto añorabas, y ahora que la has pedido, como río maldito se abalanza sobre ti, dejándome a mi sepultado en un doloroso martirio de soledad.

 

            Has firmado mi derrota, mi oponente era mi hermano, a quien ahora le llamo extraño suponiendo su victoria, porque aunque con tu corazón no se quede ya me ha visto derrotado. Vive ahora con la dicha de saber que lo dijiste, que lo quieres sin siquiera haberlo visto, y yo que te admiré como ninfa en mi florero me botas al desván de los recuerdos pasajeros. Pero aún en mi desgracia, no te aflijas por mi trauma, que por ti estoy olvidado.