Hoy sólo quiero pensar en ti

Hoy sólo quiero pensar en ti. En tus perfectos labios, tan dulces y tan rojos, tan suaves y adictivos que despiertan mis antojos. Cómo bailan en tu boca cuando hablas, cuando ríes, cuando me miras y sonríes, se me inunda el corazón de sueños y fantasías, y en mi mente sólo existen esos labios de poesía. Y así se me van los días soñando con tus labios, como flores de cerezo, imaginando que un día de estos nuevamente los alcanzo y los encierro con un beso.

Hoy sólo quiero pensar en ti. En tus hermosos ojos, tan grandes, tan bonitos, tan llenos de mi vida. Esos ojos que al mirarlos me transportan al misterio donde tengo mi guarida. Tan lejanos como el viento, tan filosos como espadas, tan profundos como el cielo en una noche despejada, cuando todo el infinito puede verse en tu mirada, y mi alma al contemplarlos queda presa y desarmada. Tú me ves con esos ojos, y de mí no queda nada.

Hoy sólo quiero pensar en ti. En la oscuridad de tu pelo, tan negro como mi alma, tan largo como mi anhelo. Me envuelve como la noche cuando le pido consuelo, y me cubre con su velo la magia de tu cabello, cuando lo acarician mis manos, cuando se pasan por tu cuello. Ese pelo tuyo tiene la belleza de un destello, con su brillo singular, y va meciéndose radiante por tu espalda al caminar, como invitando a descubrir lo que esconde ese lugar.

Hoy sólo quiero pensar en ti. En la suavidad de tus manos, en el andar de tus piernas, en la calidez de tus brazos, en tus caricias eternas. Quiero pensar en tu cuerpo, cómo despierta mi deseo, cómo me hierve la sangre cuando al bailar te veo, y el vaivén de tus caderas, con su sensual meneo, lleva mi mente a lugares mas allá de lo que creo. Quiero pensar en tu hermosura, en la forma de tus pechos, en el camino tan estrecho que recorre tu cintura. Eres la mezcla perfecta de lujuria con ternura.

Hoy sólo quiero pensar en ti. No quiero hacer otra cosa que imaginarte a mi lado, compartiendo alegremente el futuro y el pasado, como siempre te he soñado, caminando junto a mí, recordando cada día el momento en que te vi, cuando en tus ojos descubrí el poder de tu mirada y en tus labios conocí el sabor de tu boca apasionada. Hoy no quiero hacer mas nada, sólo quiero pensar en ti.

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