Archivo de enero, 2006

Autor: Batou (Próximamente la versión completa)

Posted in Todas on enero 11, 2006 by blackbatou

Hitokiri (Fragmento)

  

… 

– No pienso pelear contigo – dijo Carl sujetándose las manos por detrás de la espalda y mirando a Ed muy serenamente.

– Perfecto – dijo Ed al mismo tiempo que desenvainaba su espada – ¡Entonces muere! – Ed se abalanzó hacia Carl sosteniendo la espada con los brazos por encima de su cabeza. Carl cerró los ojos con una expresión de miedo que lo delató. Ed agitó su espada directo hacia la cara espantada de Carl, y se detuvo a unos cuantos milímetros de ella, con el filo de la espada rozando la nariz y el entrecejo de Carl, el cual, al no sentir rasguño, abrió los ojos muy lentamente.

Ed sujetaba la espada con gran fuerza y lo miraba con los ojos completamente llenos de odio. Carl le devolvió una mirada aterrada y confundida, estaba sudando. Ed apretó los dientes con tal fuerza que se oyeron rechinar. Retiró la espada y colocó el mango a la altura de su pecho y el otro extremo apuntando directamente a la garganta de su enemigo. Éste miró la punta de la espada con horror, pero no se movió ni un centímetro de su lugar. Ed extendió la espada directo a la manzana de Carl, pero nuevamente se detuvo justo antes de tocarlo. Carl volvió a cerrar los ojos, pero los abrió al instante. La punta de la espada temblaba y Ed la miraba como si a pesar de empujarla con todas sus fuerzas no pudiera hundirla más profundo. Separo un poco la espada del cuello de Carl y volvió a extenderla, esta vez con todas sus fuerzas, pero el hierro pasó por un lado del cuello de Carl. Éste no perdía de vista el filo de la espada, y giró un poco la cabeza para poder ver la hoja que temblaba.

Ed giró la hoja de su sable, ahora el filo apuntaba hacia el cuello de Carl nuevamente. El borde de la espada rodeó la garganta de Carl. Ed sostenía la katana a la altura de sus hombros, completamente horizontal y con el filo rozando el cuello de Carl. Estaban parados, uno frente al otro. Ed miraba a Carl con odio e incredulidad, mientras que el otro, con el filo de la espada amenazándole la garganta, miraba a Ed con una mezcla de pánico e incertidumbre….